A princípios de invierno, me apetecían mucho los garbanzos con salsa de tomate y chorizo. Los comía dos veces en semana; y no entendía porque mi cuerpo me los pedía sin cesar. Pero yo que casi siempre hago caso a mis antojos, es decir que con mesura me encanta la cocina intuitiva, porque es la que nos dicta las necesidades que tiene nuestro cuerpo para nutrirse bien, los preparaba a menudo; y cocinaba ración doble para poder congelar un cuenco, y tenerlo disponible en caso de ir justa de tiempo, o simplemente porque me apetecieran. Ayer rebuscando en mi congelador, me salió una cazuelita de estos garbanzos; y dado que inicialmente quería comer arroz, pensé que sería una buena opción juntar ambas cosas, sofreírlas un poco, agregar un cubito mini Maggi, 1 cucharadita de pimentón dulce de La Vera, agua embotellada, y añadirle al final de la cocción unas rodajas de tomate fritas en un poco de aceite de oliva, y aliñadas con sal marina, y una pizca de tomillo y ajo ...