CAZUELA NAVIDEÑA DE POLLO Y CONEJO AL BOURBON CON CIRUELAS PASAS Y PIÑONES (y el porqué vuelvo a consumir un poco de carne)
Aunque mis propósitos de no comer carne se habían cumplido hasta ahora, tengo que reconocer que últimamente la he vuelto a comer; no en demasía, (nunca he sido gran comedora de carne) pero si que he vuelto a cocinarla para apaciguar esta necesidad que sentía cuando andaba invitada, y al preguntarme si quería... decía que no, pero en el fondo en estos momentos, no estaba de acuerdo con esta negativa.
Un@ no puede ir en contra de sus pensamientos; que más que pensamientos ultimamente eran deseos irrefrenables.
Siempre he hecho caso a lo que el cuerpo me pide; sabores dulces, salados, amargos, ácidos; en su momento todos tienen su protagonismo; y ahora mismo el solo hecho de pensar en un rustido de pollo me hacía salivar; y eso me ha llevado a pensar que mi cuerpo no estaba de acuerdo con la decisión que tomé hace meses. Si a esto le añadimos la bajada de hierro que he tenido, quizás es el principal motivo para replantearme algunos cambios en mi dieta.
Cambios que naturalmente no me gustan; porque en este tiempo que no la he consumido, me he hecho muchas preguntas, y la respuesta ha sido que ante todo no quería contribuir al maltrato animal; a su tiempo de engorde en espacios reducidos, tampoco quería fomentar el consumo masivo de animales comestibles; porque a más carne, más muertes inocentes y más salvajismo sin cargos de conciencia, más contaminación en el medio ambiente y menos comida para los países subdesarrollados porque el cereal que consumen los animales, podría estar alimentando a millones y millones de seres en estado carencial.
Ultimamente a pesar de alimentarme bien; (y creo que a la vista está en este blog) suplía el producto animal por otras proteínas vegetales; pero parece que mi cuerpo no respondía totalmente bien a esta alternativa, y necesitaba un poco más de hierro asimilable, que muy a mi pesar solamente la proteína animal me da para estar dentro de unos límites normales.
Así que he decidido volver a comer un poco de lo que realmente necesito sin abusar; porque en cantidades pequeñas un par de veces en semana, también contribuyo aunque sea en pequeña escala a disminuir todo lo que cito anteriormente; y desde luego lo iré alternando con proteínas vegetales como hasta ahora, entre otras cosas porque son sanas y me gustan.
Como dice mi buena amiga CHUSA la gracia está en no privarse de nada pero respetando las cantidades; además los fanatismos y la radicalidad, no son buenos en nada, porque contribuyen a pensar que solo lo nuestro es lo mejor; y hay que tener en cuenta que cada persona es única, con unas necesidades, gustos y vivencias que pueden variar en función de nuestra trayectoria de vida, y asimismo con ello nuestra visión del momento con sus particularidades.
Siempre he hecho caso a lo que el cuerpo me pide; sabores dulces, salados, amargos, ácidos; en su momento todos tienen su protagonismo; y ahora mismo el solo hecho de pensar en un rustido de pollo me hacía salivar; y eso me ha llevado a pensar que mi cuerpo no estaba de acuerdo con la decisión que tomé hace meses. Si a esto le añadimos la bajada de hierro que he tenido, quizás es el principal motivo para replantearme algunos cambios en mi dieta.
Cambios que naturalmente no me gustan; porque en este tiempo que no la he consumido, me he hecho muchas preguntas, y la respuesta ha sido que ante todo no quería contribuir al maltrato animal; a su tiempo de engorde en espacios reducidos, tampoco quería fomentar el consumo masivo de animales comestibles; porque a más carne, más muertes inocentes y más salvajismo sin cargos de conciencia, más contaminación en el medio ambiente y menos comida para los países subdesarrollados porque el cereal que consumen los animales, podría estar alimentando a millones y millones de seres en estado carencial.
Ultimamente a pesar de alimentarme bien; (y creo que a la vista está en este blog) suplía el producto animal por otras proteínas vegetales; pero parece que mi cuerpo no respondía totalmente bien a esta alternativa, y necesitaba un poco más de hierro asimilable, que muy a mi pesar solamente la proteína animal me da para estar dentro de unos límites normales.
Así que he decidido volver a comer un poco de lo que realmente necesito sin abusar; porque en cantidades pequeñas un par de veces en semana, también contribuyo aunque sea en pequeña escala a disminuir todo lo que cito anteriormente; y desde luego lo iré alternando con proteínas vegetales como hasta ahora, entre otras cosas porque son sanas y me gustan.
Como dice mi buena amiga CHUSA la gracia está en no privarse de nada pero respetando las cantidades; además los fanatismos y la radicalidad, no son buenos en nada, porque contribuyen a pensar que solo lo nuestro es lo mejor; y hay que tener en cuenta que cada persona es única, con unas necesidades, gustos y vivencias que pueden variar en función de nuestra trayectoria de vida, y asimismo con ello nuestra visión del momento con sus particularidades.
No puedo asegurar nada; porque la vida y con ella nosotros estamos en continuo movimiento, pero a poco que pueda intentaré consumirla con mucha moderación, porque aunque no lo parezca no me siento relajada comiéndola y si en cambio bastante culpable (estoy atrapada entre la necesidad y lo que me dicta el corazón :(
Ya veis que soy sincera y en todo momento intento plasmar lo que siento y vivo en este blog para no engañar a nadie.
Así que aquí os dejo esta cazuela de pollo y conejo como segundo plato, para las personas que consumen carne, y que a buen seguro tendréis sentadas en vuestras mesas navideñas.
PREPARACIÓN:
En cazuela antiadherente pondremos los muslos o trozos de pollo de corral salpimentados con la piel para abajo sin nada de aceite (la propia grasa del ave ira dorando la carne) Agregaremos los pedazos de conejo de igual modo; pondremos cebollas moradas cortadas en cuartos, tomates rojos en cuatro partes, una cabeza de ajos desgranados y aplastados con piel, 2 hojas de laurel, hierbas provenzales : tomillo, orégano, romero, albahaca, etc sin pasarnos.
Dejaremos que vayan dorando las piezas a fuego moderado durante 18 minutos. Luego les daremos la vuelta y agregaremos una cucharadita de canela en polvo; una copa de whisky Bourbon; dejaremos que evapore un poco y añadiremos una copa de agua embotellada; mezclaremos bien haremos la cata de sal y si es necesario agregamos un poco más. Cubriremos la cazuela y dejaremos que cocine 18 minutos más. Sera entonces el momento de añadir ciruelas pasas y piñones ibéricos; volveremos a mezclar y con una cuchara bañaremos las piezas de conejo y pollo con el propio jugo que van soltando; cubriremos otra vez y dejaremos cocer 18 minutos más. Iremos dando la vuelta a las piezas hasta llegar a la hora y cuarto que es lo que necesitaron los muslos de pollo de corral que compré para estar bien cocidos por dentro; pero observad vuestra cazuela porque si es pollo industrial, quizás con una hora sea suficiente. (haced un poquito de incisión a las piezas por la parte de abajo con un cuchillo afilado, para ver si han perdido el color rosado y están en su punto de cocción)
Emplataremos acompañando de las ciruelas y piñones y algo del jugo del rustido.
Te ha quedado un plato de fiesta total y para chuparse los dedos. Siempre he sido partidaria de comer de todo sin abusar de nada y la salud es lo primero. Te deseo un fin de semana estupendo y te mando todo mi cariño. Un abrazo, Clara
ResponderEliminarHOLA QUERIDA CLARA...
ResponderEliminarLa verdad es que lo encontramos muy rico, y tuvo éxito, en fin salió bien la cazuela!!!
GRACIAS GUAPÍSIMA, YO TAMBIÉN TE ABRAZO DE CORAZÓN Y TE DESEO LO MEJOR :)))
Que rica receta! Hace mucho no como conejo. Me encantará probarla.
ResponderEliminarEn casa no comemos mucha carne pero hay días que lo que quiero es un buen pedazote de carne. Ayer por ejemplo, me he comido un sirloin divino en casa de unos amigos. Me encanta tu sinceridad. Todo con moderación hace falta a nuestro organismo.
Muchos besos y feliz semana,
Vero
Gracias por venir VERO!!!
ResponderEliminarModeración es lo que que LE falta a esta sociedad tan enferma por estar sobrealimentada. Solo con disminuir el consumo de carne a 2 veces por semana ya se contribuiría a lograr un mundo más LIMPIO en el extenso sentido de la palabra.
BESINES MI NIÑA :)))))
Nos apuntamos a esta rica receta que preparaste.
ResponderEliminarEstamos, de acuerdo con tus comentarios y también en nuestra medida procuramos
llevarlos a cabo.
Priorizamos frutas y verduras, pescado y huevos, más que carnes.
Un beso
SARA...JOAN... Bienvenidos amig@s!!!
ResponderEliminarYa se que también os cuidáis; y esto es importante.
OS MANDO UNA ABRAZO PRE-NAVIDEÑO ENORME
Hasta pronto!!!