EL POLLO RURAL DE LA MASÍA (En olla super rápida y gratinado de horno)
Cuando preparo algún plato nuevo, casi siempre tiene una asociación con algo, con alguien, con algún lugar, o con las circunstancias que he vivido recientemente, o que viví en su momento.
Ayer recordé un conejo que comí hace un tiempo, en una Masia de la Seu de Urgell, acompañada de mi amiga Montse.
La Masia en cuestión pertenecía a un matrimonio amigos suyos, que vivían del cultivo de su huerto, y de la cría al aire libre y cuidados de sus animales, con un estilo hippie muy peculiar y personal que me gustó mucho.
Hoy he intentado hacer un simulacro de la salsa de aquel conejo que nos sirvieron porque me pareció delicioso; y aunque no pedí la receta, creo que me he acercado bastante al sabor de su plato, porque varios de los ingredientes que llevaba la salsa estaban a la vista y no eran difíciles de reconocer.
Ayer compré una bandeja de contramuslos de pollo rural, y una de alitas cortadas también de campo y los preparé así:
En primer lugar les quité las partes grasas sobrantes pero dejándoles la piel que a mi personalmente me gusta mucho cuando está crujiente.
Luego los salpimente con el tarrito de hierbas, especias y sal marina del tapón negro (Mercadona).
Puse los contramuslos y las alitas en la olla super rápida pincelada con un poco de aceite de oliva con la piel hacia abajo.
Dejé que sofriera un poco hasta verla con un poco de color, y añadí dos cebollas grandes tiernas cortadas a rodajas semi gruesas; y una cabeza de ajos también cortada por la mitad horizontalmente.
Eché lo que vi en aquel plato que degusté que era tomillo y romero en ramito, pero yo lo puse molido en hierba seca de ambas cosas que era las que tenía en casa.
Agregué también un puñado de piñones (el que nos sirvieron no los llevaba; pero me pareció que lo enriquecerían porque este pequeño fruto es muy rico en hierro y otros nutrientes, y además da un toque muy agradable a los rustidos)
Eché un chorreón de vino rancio; puede ser un blanco seco, un albariño, un ribeiro, un blanco del Penedés, un fino, o cualquiera que tengáis en casa, pero que no sea de garrafón.
Dejé que evaporara un poco, y añadí una copa de agua embotellada; llevándolo a ebullición entremezclando todo el conjunto.
Rectifiqué de sal porque me pareció necesaria para ganar en sabor.
Cubrí la olla cerrándola con sumo cuidado, ya sabéis que con la olla a presión hay que ser muy prudentes.
La dejé a fuego fuerte, y cuando subió la válvula bajé la llama y dejé que se cocinara todo por espacio de 20 minutos (el pollo campero tiene una carne más prieta y necesita un poco más de cocción).
Transcurridos los 20 minutos puse en marcha el gratinador del horno a 180º deje evaporar el vapor de la olla, la abrí y pasé todos los trozos a una sartén con mango de acero apto para horno, (no puse ni la cebolla ni los ajos ni los piñones, porque los piñones super tostados del horno no me gustan, pero si os gustan caramelizados y la cebolla más hecha podéis ponerlos con la carne)
Cuando vi que el pollo tenía un color ambar muy bonito, lo saqué y lo serví con las cebolla ajos y piñones reservados.
En verdad amig@s que cuando llegó la hora de comer y hice la cata, quedé maravillada por el sabor tan exquisito que tenía, y disfruté mucho de mi receta; que a decir verdad creo que no le sobraba ni le faltaba, y se asemejaba mucho al plato que nos sirvieron nuestros amigos.
OS LO DEJO EN LA CONFIANZA DE QUE OS ANIMÉIS A PREPARARLO, PORQUE CREO QUE OS PUEDE GUSTAR.
HASTA PRONTO ^:^
Conxita
Receta, preparación y Fotos para este blog: Conxita
Tanto las almendras como los piñones les dan un toque especial a las salsas...este pollo tiene un pinta deliciosa 👍besinos
ResponderEliminarGRACIAS FELY...
ResponderEliminarUn abrazo enorme bonita ^:^